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Los cuidados, además de ponerles voluntad, requieren aprender habilidades

La idea principal de este panel: Como ha sido una tarea históricamente asignada a las mujeres, muchos hombres no suelen jugar a cuidar – con muñecas – y crecen con la idea de que no es su cometido y sin las mínimas habilidades, o incluso creyendo que está mal aprender las tareas de cuidado.

De hecho, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que COCINILLAS” es el “Hombre que se entromete en cosas, especialmente domésticas, que no son de su incumbencia”.

Nos dijeron hace tanto tiempo que cuidar era cosa de mujeres y que no incumbe a los hombres, que ser bueno en los cuidados puede ser visto como signo de “poca hombría”, una amenaza que hace a los informáticos inútiles con la lavadora, o a un economista incapaz de responsabilizarse de la economía familiar. ¿No parece una excusa fácil? Quizás, pero sólo para quien quiere evitar la tarea.

Cuidar es cosa de mujeres y también de hombres. El “trabajo invisible” – expresión que hemos repasado en el anterior panel -, que no es valorado, ni se cobra o cotiza, puede ser aprendido y realizado por todas las personas, cada quien con su estilo personal.

Interrogantes: ¿Qué tareas han sido consideradas de hombres o mujeres tradicionalmente?, ¿Quién lleva el peso de la casa en tu familia?, ¿Existe alguna habilidad que, al aprenderla, nos pueda “robar” la hombría?

Vídeos: El hombre blandengue

Hombres y Corresponsabilidad

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